Me siento afortunado por tener clientes que me permiten trabajar en el entorno natural. Ese en el que me siento yo y disfruto con sólo respirar.
Esos momentos en los que el propio encargo te hace desconectar de la rutina y te regala amaneceres como quien regala vida.
¿Cuántos días perdidos por culpa de esas cuatro paredes que te matan poco a poco? A veces hay que saber distinguir lo importante para hacerlo prevalecer sobre lo urgente.
Como diría mi amigo Aarón; sean felices, no fuera a hacerles falta.
Que tengan un buen día.
Cliente: Sidra Cortina
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